jueves, 8 de abril de 2010

Lemaître y el Big Bang

¿Sabéis quien es Georges Lemaître? Quizás no todos lo sepáis, así que acudamos a Wikipedia y rellenemos esa laguna: Georges Lemaître fue un sacerdote católico y astrofísico belga. Sirvió como voluntario en el ejército belga durante la Primera Guerra Mundial, tras lo cual empezó a estudiar física y matemáticas, incluyendo la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Recibió su doctorado en 1920 y ese mismo año ingresó en el Seminario de Malinas. En 1923 fue ordenado sacerdote.

Tras un año en la Universidad de Cambridge con el astrónomo Arthur Eddington y otro en Cambridge, Massachusetts con Harlow Shapley, regresó a la Universidad de Lovaina como profesor a tiempo parcial. Allí, en 1927, publicó un informe en el que resolvió las ecuaciones de Einstein sobre el universo entero (que Friedman ya había resuelto sin saberlo Lemaître) y sugirió que el universo se está expandiendo, según una de las soluciones, y que es por ello que Slipher y Wirtz habían observado un corrimiento hacia el rojo de la luz de las nebulosas espirales. En 1931, propuso la idea que el universo se originó en la explosión de un «átomo primigenio» o «huevo cósmico» o hylem. Dicha explosión ahora se llama el Big Bang.



Un hombre peculiar y fascinante, sin duda. Y objeto del libro que se presenta el próximo 27 de abril a las 20 horas en la Cámara de Comercio de Teruel: "La historia del comienzo. Georges Lemaître, padre del big bang" por Eduardo Riaza. Si estáis por aqui, podéis pasaros. Y si no, al menos acercaros a vuestra librería.


1 comentario:

  1. Tenemos que aceptar que la energía degradada en todo el Universo y a través del tiempo ha sido mucha, muchísima energía. Además debemos tener en cuenta toda esa energía que permanentemente irradia y que siempre ha emitido toda la materia CONOCIDA. Esa gran cantidad de energía (luz y todo tipo de ondas electromagnéticas) se irradian en todas las direcciones y viajan por el espacio.
    Será que nos hemos preguntado: ¿qué sucede con toda esa energía?, ¿dónde está?, ¿para donde se va?, ¿para que sirve esa energía? O será que, alguna vez, le hemos dado respuestas satisfactorias a estas preguntas.
    No será que en algunas oportunidades confundimos esa gran cantidad de energía degradada y dispersa por todo el universo conocido con supuestos “restos fósiles del Big Bang”.
    El descubrimiento de la radiación del fondo de microondas es otro ejemplo de un fenómeno real detectado y medido, pero mal interpretado.

    El fondo cósmico de microondas no puede ser ni el eco del Big-Bang, ni sus supuestos restos fósiles, por varias razones que se caen de su peso:

    1. Cuando se produjo el Big-Bang, según sus defensores, no existía nada, por lo tanto, la onda expansiva o la energía liberada de la gran explosión no pudo haber chocado con nada para que se produjera un supuesto eco o secuencia de ecos que todavía puedan ser detectables en nuestro planeta. El eco son ondas que rebotan en algún obstáculo que encuentran en su camino. La onda expansiva de la gran explosión tuvo que alejarse del sitio donde se produjo, formando una gran esfera en su frente energético en crecimiento explosivo, abriéndose paso entre la nada, y que al no encontrar ningún obstáculo, debe haber seguido creciendo indefinidamente y pasó hace ya miles de millones de años por este sitio, por donde posteriormente se formó nuestro planeta, por lo tanto actualmente, donde está la tierra, es imposible detectarse ningún eco proveniente de la tal explosión.

    2. La energía liberada en el Big-Bang, como la de cualquier explosión, debió haber sido emitida de un solo golpe, con una misma intensidad y en un solo instante y no debió de haberse emitido durante un intervalo de tiempo considerable, primero con gran intensidad y luego, después de mucho tiempo continuar una emisión débil, como para que todavía hoy estén llegando sus restos directamente hasta nosotros y se estén detectando como los llamados o los supuestos: “Restos fósiles del Big Bang”. La única posible onda producida por la supuesta explosión ya va supremamente lejos de nosotros en el tiempo y en el espacio y viaja alejándose de nosotros.

    Cómo hoy vamos a poder detectar algo que pasó por aquí cuando nosotros todavía no existíamos, hace ya más de 5.000 millones de años que tiene la tierra.

    Amigos del Big-Bang y de la inflación, por qué no se inventan otra “Prueba Reina” más convincente para su teoría.

    martinjaramilloperez@gmail.com envíame tu correo y te remito el libro gratis.

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